Ladyzunga

Nació en Popayán. Todos la recuerdan porque cambió su nombre por todas las letras del abecedario, a pesar de que firmaba como Ladyzunga. Era una reconocida artista visual, diseñadora, productora, DJ y gestora de la escena hardcore en Bogotá, aunque no le hubiera gustado que la definieran por sus oficios. De hecho, no le habría gustado que la definieran, ni por su nombre, ni por su firma. Ella era la suma de las múltiples y diversas identidades que construyó en el ejercicio performático de su vida, como un proceso de rediseño constante e infinito.

En sus primeros años se destacó por sus buenas calificaciones en el Colegio Champagnat, regido por los hermanos maristas. Allí, cuando cursaba su bachillerato, creó la primera emisora estudiantil de Popayán, un lugar que le permitió compartir su exploración musical. Su viaje melódico estuvo marcado en sus inicios por el hardcore, Iron Maiden, la música electrónica y el techno rave, tendencias incipientes en los noventas en su ciudad natal.

Estudió diseño gráfico y artes plásticas en la Universidad del Cauca, con un rendimiento académico destacado, mientras trabajaba diseñando ropa, pinchando discos en fiestas y discotecas. Luego inició sus estudios de posgrado en Buenos Aires, Argentina, y allí nació Ladyzunga. En la ciudad porteña tuvo la oportunidad de realizar exitosos toques como DJ. Durante su paso por Argentina empezó a profundizar sobre el BDSM (bondage, dominación, sumisión, disciplina, sadismo masoquismo), el placer alternativo y el arte del erotismo.

Tras su regreso a la ciudad de Bogotá, varias universidades de la ciudad la llamaron para dictar cursos de fotografía y de artes plásticas, al tiempo que sus perfomances se hacían tendencia en la escena artística capitalina. Durante todo este proceso cuestionó a profundidad cada etiqueta y categoría social y abogó por la desgenerización y desidentificación de su existencia. Producto de lo anterior, decidió cambiar su nombre por uno que le rehuyera a cualquier etiqueta, que no la definiera en términos de género, uno que fuera todo y nada.

Ladyzunga siempre disidente y transgresora del sistema, fanática de los tacones, lectora de ocultismo, amante de películas como Salo, fanática de los Chemical Brothers, del performance y dueña de la empresa de accesorios Chéchere, fue encontrada el 4 de noviembre de 2017 sin vida en su apartamento en Bogotá. Tenía 39 años.