Era hermosa, extrovertida y siempre mantuvo la frente en alto. “Lo que ella quería era ser mujer y mostrárselo a todo el mundo sin pena. Y pues lo logró, ella luchó, luchó y luchó hasta que la gente la aceptó”, recuerda su hermana Silvia. Le gustaba el maquillaje, las joyas y el baile.
Angelina Lucía nació en mayo de 1995 en Cartagena. Allí creció con su madre, Oneida Figueroa, su hermana Silvia Patricia y su hermano Hamilton. Siendo muy joven, su madre le preguntó si era cierto lo que decían otras personas, si era cierto que era “marica”. Angelina le respondió “sí One, yo nací así, ya no se puede hacer nada, yo nací así y tú me tienes que aceptar como yo soy”. Y así fue. Desde ese momento, tuvo el apoyo de su madre y su hermana.
Estudió en el Liceo de Bolívar. Allí hizo varios amigos, pero también tuvo que enfrentar el rechazo y las burlas de otros compañeros. Gracias a su perseverancia y al apoyo de su familia y sus amigos, Angelina se graduó de bachiller en 2013. Asistió a la ceremonia en compañía de su familia. Llevaba vestido, tacones altos, aretes y cabello largo.
Después de terminar el colegio, comenzó a trabajar como estilista y además fue coronada virreina de la diversidad sexual en su barrio. Le gustaba ayudar a sus amigas y a otras personas, por lo que se unió al Colectivo Transformando que lucha por los derechos de las personas trans.
La noche del 2 de marzo de 2014, Angelina salió a bailar con su hermano y unos amigos. A la salida de la discoteca se presentó una riña. Un policía que se encontraba en ese lugar le disparó a Angelina en la cabeza y después trató de evitar que la auxiliaran. Angelina murió la mañana siguiente. Tenía 18 años. El policía que le disparó continúa en libertad.