Era un hombre cariñoso y amoroso, que consentía a su mamá más que a nadie. La peinaba, le cocinaba, la maquillaba y le ayudaba en lo que más podía. Carlos Augusto Guerrero nació el 8 de agosto de 1995 en Tumaco. Su mamá lo acepto y lo apoyó durante toda su vida. Tenía 4 hermanos y él era el menor de los hombres. A su hermano lo asesinaron 7 años antes.
Carlos se dedicaba “a vestir fiesta”, y la gente de su barrio lo buscaba para eso. Él hacía las coronas para los muertos, las palmas para semana santa, y apoyaba a una señora que hacía banquetes y cocinaba. Cocinar era su pasión y su sueño, quería ser chef y les preparaba a sus seres queridos las recetas que los hacían felices. A sus amigos les hacía sancocho, a los niños y niñas que ayudaba con sus tareas, mazamorra para las onces. A su mamá para el último cumpleaños que pasó con ella, le preparó una comida llena de amor.
Fue un hombre muy querido por su familia, por la gente de su barrio y por sus amigos. Tenía muchos y le gustaba compartir todos los días con ellos. Salían al Morro, una playa en su ciudad natal, y nadaban. Iban de fiesta y bailaban toda la noche. Amaba la música, sobre todo la nostálgica, y lloraba escuchando la canción de El Cigarrillo de Ana Gabriel. Sus amigos lo recuerdan como una persona sensible y divertida.
Tanto amaba bailar que un día le dijo a su mamá que si él se moría, se iba a ir contento porque había bailado todo lo que había podido. Carlos fue asesinado el 26 de mayo de 2017 y su mamá lo extraña todos los días.
