Le gustaba jugar fútbol y era hincha del Atlético Huila “desde que nació”. En Neiva nació y creció, allí también vivió toda su vida. Se llamaba Jefferson pero sus amigos lo conocían como “El niño” o “El perro”
“El Niño” estudió hasta tercero de primaria, lo suyo no era el estudio, pero aun así quería terminar el colegio. Mientras tanto, trabajaba como ayudante de construcción. Jefferson era muy apegado a su mamá. Pasó las vacaciones de fin de año en Calarcá, pero el 23 de diciembre regresó a Neiva para pasar el 24 y el 31 con ella. Unos días después, el 3 de enero de 2016, fue asesinado. Tenía 17 años.