El Atlético Nacional era su pasión y la de su familia. Tenía 43 años y trabajaba como docente en la Institución educativa José Eustasio Rivera.
Un profesor muy querido por sus estudiantes y que amaba su profesión, así lo recuerdan. Se sentía orgulloso de sus alumnos y tomaba fotografías de los eventos del pueblo donde participaban. Incluso, su prima fue elegida reina en uno de ellos. A Henry Burgos lo describían como un hombre respetuoso y muy trabajador, que disfrutaba la música romántica y las películas de suspenso. Nació en Pitalito, donde vivió toda su vida y donde fue asesinado el 2 de noviembre de 2012.