Su padre, Próspero Mercado, lo recuerda como un hombre tranquilo y noble. Le gustaba compartir con su familia y sus amigos, y cocinar para ellos. Cuando su mamá perdió su trabajo, él le ayudó a montar una pequeña sastrería.
Johnny Mercado Ballestas era sastre, recordado por sus allegados como un hombre muy trabajador. Vivía solo en una casa del barrio La Victoria de Barranquilla y trabajaba como supervisor de una fábrica de confecciones en la Zona Franca. El 25 de febrero de 2017 cumplió 36 años. Ese fin de semana, el de su cumpleaños, fue asesinado.