Le gustaba la rumba y amaba los gatos. A Luiza Valentina Rincón la recuerdan por su espontaneidad y porque sabía celebrar la vida de verdad. Amaba mucho a sus seres queridos y adoraba especialmente a su hermano menor. Nació en Pasto, Nariño, pero la vida la llevó a ella y a su familia a vivir en Mocoa, Putumayo. Soñaba con salir adelante y ser un ejemplo para sus hermanos. Por eso decidió comenzar a estudiar derecho en la Universidad Unicervantes de Mocoa en agosto de 2019. Luiza se esforzaba mucho, era muy responsable y tenía buenas notas. Vivía en el Barrio La Esmeralda, junto con su mamá, hermanos, padrastro y sus gatas Mía y Perla. Siempre que podía ayudaba a su mamá, que era docente en un colegio de la ciudad. A pesar de que cuando era más joven la molestaban en el colegio y decidió retirarse, era una persona segura de sí misma y llena de amor propio. Su temprano retiro del colegio no fue un impedimento para que después, motivada por una de sus tías, terminara su bachillerato por ciclos. Participaba de proyectos y procesos de la Fundación Santamaría a favor de la comunidad LGBTI en la amazonía colombiana y se encontraba rodeada de gente que la quería mucho. A Luiza le gustaba salir a bailar con sus amigos y se encontraba, además, enamorada. Era muy protectora de las personas que quería. Por consiguiente, no dudó en interponerse para proteger a su mamá cuando, el 10 de mayo de 2020, mientras celebraban el Día de la madre, su padrastro desenvainó un arma de fuego. Lamentablemente ambas murieron. Luiza tenía 28 años.