Trabajadora, extrovertida y juiciosa es como la recuerdan su mamá y su hermano. Nació el 17 de octubre de 1993 en La Plata, Huila. Era cristiana y vivía sola. Era independiente y fuerte, capaz y decidida. Cercana a su mamá, veía por ella y la visitaba siempre que podía. Le gustaba compartir con su familia numerosa. Marli Yulieth Gómez era la menor de 10 hermanos.
“Su gordita” como la llamaban afectuosamente, trabajaba para un primo y despachaba mercancía a distintos pueblos. Recorría las carreteras del Huila y llegaba hasta el Cauca. Disfrutaba dormir, y para su familia, con la cantidad de tiempo que le dedicaba a su trabajo era más que merecido. Solo descansaba los domingos. Quería tener su casa propia antes de los treinta, porque creía que, si a esa edad no la tenía, no había hecho nada, y por eso trabajaba tan duro. Soñaba con conocer el mar, con viajar por el eje cafetero, sueños que no llegó a realizar. Sus viajes se quedaron en obligaciones laborales.
Se definía a sí misma como creativa y tenía grandes metas y sueños. Le gustaba la música de Ana Gabriel, de Shakira, y los Tigres del Norte. Veía películas como el Conjuro y disfrutaba las fiestas de San Pedro. Casi no hacía deporte, pero si se le presentaba la oportunidad jugaba con sus amigas al fútbol. Cuando descansaba iba a los termales y le gustaba comprar ropa. También ayudaba a la gente y participaba de iniciativas para darle a las personas que más necesitaban ayuda. Marli murió el 29 de noviembre de 2016.