Sirena Paola

Nació en una familia de bajos recursos económicos y numerosa que vivía en Maicao por eso estaba acostumbrada a compartir lo que tenía y le gustaba ayudar a las personas, todos sabían que si le pedían un favor ella iba a correr para poder cumplirles. Por ejemplo, recibía a otras personas LGBT a las que habían sacado de sus casas, y “prácticamente las adoptaba”. Hacía parte de la Fundación Fundarvi y de Caribe Afirmativo. Junto con otras mujeres trans del municipio, trabajaba en un proyecto con el Fondo Mundial para la prevención del VIH/SIDA.

Sirena Paola Orozco Gutiérrez, tenía 6 hermanos y según sus amigos, su mamá la amaba más que a cualquiera de ellos porque sabía que podía contar con ella para todo. Una persona creativa, divertida y generosa, así es como la recuerdan. Tenía muchas amigas y un novio al que le decían “Lindo”.

Aunque le gustaba bailar, casi nunca iba a fiestas con desconocidos. Bailaba con sus amigas en sus propias fiestas, iba con sus trajes y armaba show si le ponían la música correcta. Escuchaba el merengue y amaba a Selena y a Mónica Naranjo, y le gustaba reírse. Siempre proponía un plan nuevo, hacer algo distinto. Incluso participó en concursos donde ganó en varias ocasiones. Incluso, como recuerda uno de sus amigos, ganó un ventilador. Ese día se rieron muchísimo todos ellos, y el recuerdo les causa todavía nostalgia.

Sus clientes la extrañan, pues era estilista y cosmetóloga, y la querían mucho. Sirena Paola soñaba con volver a tener la estabilidad económica que perdió por la situación de su tierra natal. Soñaba con volver a tener su carro, que tuvo vender cuando el dinero se puso escaso, abrir su salón de belleza y construir su casa en un lote que le regaló su mamá.